viernes, febrero 25, 2005

Anotación 12

Día: 25 de febrero
Potencia y dirección del viento: muy fuerte, excepto por una fuerte racha hace unas horas; sureste
Dirección: hacia el noroeste
Mar muy en calma
70 nudos

De lo más profundo de nuestras bodegas hemos interceptado una transmisión muy fragmentaria de radio (coordenadas Soledades.Antonio.Machado), que hemos interpretado libremente:

(...) - Sí, yo era niño, y tú, mi compañera. (...)

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jueves, febrero 17, 2005

Anotación 11

Día: 17 de febrero
Potencia y dirección del viento: flojo, tirando a muy flojo
Dirección: en breve hacia el sur
Mar tranquilo
60 nudos

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A pesar de escribir en nuestro diario de navegación lo que sucede en nuestro viaje, no soy ni poeta ni escritor.

Existió una vez un hombre de letras que decidió que no escribiría nada más. "No hay nada nuevo bajo el sol", se contaba a sí mismo, "todo es imitación".

Y el hombre, feliz con su sentencia, se dedicó a vagar por los campos.

Poco a poco algunos le conocieron y decidieron copiarle. Muchos creadores dejaron de escribir historias y se acercaron maravillados al hombre de letras para recibir inspiración.

Y el hombre, entristecido, decidió que se suicidaría.

Aunque parezca extraordinario, muy pocos le imitaron.

No soy escritor ni poeta. Sólo me dedico a lanzar piedras contra las olas para ver como se las traga el mar.

viernes, febrero 11, 2005

Anotación 10

Día: 11 de febrero
Potencia y dirección del viento: reduciéndose
Dirección: hacia el sur-suroeste
Mar tranquilo, olas de medio metro
45 nudos


Foto de la corsaria pirateada al Capitán del Herrera [+]

Últimamente llegan a nuestro barco algunas comunicaciones sobre el barco corsario Azulia. Por lo visto una terrible tempestad ha dejado maltrecho su aparejo y un iceberg ha rozado su casco. Se encuentra, controlando a penas su dirección, perdido por mares de influencia portuguesa.

Todos nos hemos encontrado alguna vez con icebergs en el camino. Científicamente dicen que, en total, poseen más calor que una cerilla, pero, al estar tan distribuido, son terriblemente fríos. En la superficie pueden resultar controlables e, incluso, en la II Guerra Mundial alguno de los contendientes se planteo construir cargueros con ellos, es verdad.

Pero, como digo, son terriblemente fríos y peligrosos. Por debajo del mar, la parte que uno no ve, siempre ocultan peligros contra los que uno puede arañar el casco. A veces vistos de frente, parecen pequeños, pero al rodearlos vemos que son alargados. En otras ocasiones, aparecen cubiertos de adherencias y nos parecen, a lo lejos, otros barcos. Gracias a Dios que, cuando se tienen poderosos aliados en el mar, se les puede advertir con suficiente antelación.

Sin duda el mejor truco con los icebergs es evitarlos. Es una pena que la capitana del Azulia no haya tenido tiempo para maniobrar. A pesar de ser una corsaria de nuestro archipiélago, siempre me ha gustado su forma de navegar, siempre tan distinta. Solemos coincidir por Curaloña, resulta con ella fácil de establecer contacto. Cuando uno la ve ceñir parece sencillo elegir un rumbo y mantenerlo sin que nada nos altere, aunque ésto a veces le obligue a hacer maniobras algo complicadas.

Ojalá pueda reparar sus destrozos pronto y recuperar ese estilo tan distintivo.

martes, febrero 08, 2005

Anotación 9

Día: 8 de febrero
Potencia y dirección del viento: flojo, del oeste
Dirección: tras la tempestad de pasados días, intentando encontrar el norte
Fuerte mar de fondo, tendencia a reducirse
30 nudos

Es curioso como, dentro de tierra, de vez en cuando, nos encontramos con el mar. El que tiene dentro el océano y se cree navegante en tierra, siempre lo acaba descubriendo en algún sitio.

En un atardecer azulado en pleno desierto.

En una roca en el río que se atreve a aferrarse al suelo y, con los brazos hacia adelante, intenta frenar la corriente.

O en un suelo nevado, que se afana en simular la espuma de mar que rompe contra la playa.

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jueves, febrero 03, 2005

Anotación 8

Día: 4 de febrero
Potencia y dirección del viento: del noroeste, suave con poca fuerza
Dirección: hacia al noroeste, mañana viraremos al sureste
Mar tranquilo, sin olas
60 nudos


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El mar sangra en las rompientes.

Para cualquier barco las rompientes siempre son peligrosas. Allá el azul se mezcla con la tierra, con aquellos lugares donde uno nunca podrá llegar navegando. Cuando un barco se acerca a una rompiente siempre se encuentra en una posición peligrosa, ha de controlar bien la dirección del viento y su potencia, no vaya a ser aspirado por ella y acabar con el casco herido. Sin embargo, pronto o tarde, todos necesitamos pasar cerca de ellas.

Dicen algunos incrédulos marineros que las sirenas habitaban en las rompientes y que atraían a los marineros a ellas para quedarse con las ricas mercancías. Quizá por eso siempre repiten una máxima: "La mejor forma de pasar una rompiente es no meterse en ella". Creo que no hay que tener miedo a la tierra: las rompientes presentan un mundo confuso, engañoso y sangrante, pero también son tierra las playas de sedosa arena o las marismas de aguas estancadas.

Algunos se engañan y dicen que podrían seguir eternamente navegando sin visitar alguna isla. Pero después, aunque sea furtivamente, se introducen en alguna ensenada para cargarse de toneles de agua y comida.

Al fin y al cabo, el que no pasa por tierra, muere.